Son varias las personas que nos han escrito para preguntarnos acerca de un árbol peculiar y poco común en Europa: la Casuarina Equisetifolia. Es una especie de árboles semiperennes de costas tropicales, muy útil como cortina forestal rompevientos. Es nativo de Australia, Malasia y la Polinesia. Como planta tropical, su temperatura ideal de crecimiento debería estar siempre por encima de los 20ºC y a pleno sol.
Sabiendo esto, lo lógico es pensar que estos arboles no soportan el frio (y mucho menos las heladas), pero no es así! En este post vamos a contarte nuestra experiencia en primera persona con las Casuarinas en un clima frío como es el Norte de España.

El primer ejemplar que recibimos era joven, medía unos 50 centimetros y había sido criado en maceta. Como marca la normal general, lo transplantamos en primavera a una ubicación soleada durante todo el día, al aire libre y sin protección alguna contra el frío. Rápidamente alcanzó una velocidad de crecimiento elevada, adaptándose sin problemas a su nueva ubicación en un plazo de dos meses aproximadamente. Es fundamental dotarle de un buen riego constante, siendo una planta que a pesar de llamarse falso pino australiano no es un pino en absoluto.
Con la llegada del invierno, la Casuarina ralentiza mucho su velocidad de crecimiento hasta entrar en reposo para superar los meses más fríos del año: en ese momento debemos detener el riego hasta la llegada de la primavera. No es necesario protegerla del frío como otras plantas tropicales, pudiendo mantener su porte, todas sus hojas y el estado general perfectamente. Nuestro ejemplar de exterior ha soportado temperaturas de hasta -8ºC, con niebla espesa y heladas constantes durante todo el día. Sus hojas no sufren congelación ni el frío quema sus brotes. Consideramos que es importante acertar con el emplazamiento de plantación aún siendo esta planta poco exigente en cuanto al tipo de suelo y abonados. Prospera en casi todos los tipos de tierra, aunque prefiere los frescos y húmedos, creciendo bien en zonas arenosas cercanas al mar y en suelos de pH ligeramente ácido a neutro. El suelo de nuestro ejemplar es una mezcla de tierra mala de secano con muchas piedras y un suelo compacto muy duro.
La Casuarina es un gran árbol que puede alcanzar los 30 ó 35 m de altura. Su tronco recto ramifica a poca altura y su corteza es pardo grisácea, áspera y fisurada, al punto de desprenderse frecuentemente en tiras longitudinales. Recordamos de nuevo que es un árbol de crecimiento rápido y resulta muy útil para reforestación rural y urbana. Se multiplica muy bien por semilla; se ponen los diminutos frutos a secar, pronto se separan las semillas, y bien almacenadas son viables por 1-2 años. La germinación sin tratamientos previos, suele ser alta. Aunque si bien su tronco no es excesivamente grueso, es un árbol que alcanza una gran altura.
Resumiendo, podemos asegurar con nuestra experiencia personal que esta especie resiste el frío sin ningún problema, incluso las heladas fuertes prolongadas. Te animamos a plantar uno en tu jardín de exterior, ¡y a descubrir este maravilloso árbol!