En este artículo, queremos hablarte sobre algo que como Plant Lover, si germinas semillas, te habrás encontrado en alguna ocasión: las semillas protegidas con una capa de extraordinaria dureza que parece imposible de penetrar, y por tanto germinar. Que no cunda el pánico, ¡te traemos nuestro truco! Recuerda esta palabra: escarificación.
La lucha contra las semillas duras que PARECEN imposibles
La escarificación de la semilla es una técnica que se lleva a cabo con el fin de acortar el tiempo de germinación. Se trata de una abrasión de la pared exterior de la semilla para permitir que la humedad y el aire puedan entrar en contacto con la semilla. Se hace por abrasión, con productos químicos o físicos, teniendo mucho cuidado de no dañar el interior de la semilla. La escarificación, independientemente del tipo, funciona acelerando los procesos naturales que normalmente hacen que las capas de semillas sean permeables al agua y al aire.
Un acertado ejemplo de semillas que precisan de este tratamiento son las semillas de Canna. Esta planta se reproduce por rizomas y semillas, siendo los rizomas la forma más fácil y rápida. Con la evolución, las mismas plantas son conscientes de la comparativa entre ambos métodos de reproducción y por ello “se especializan” en el más rápido y viable, en este caso los rizomas. La dificultad de germinación natural de sus semillas junto con el elevado tiempo de crecimiento, favorecen la producción de rizomas y hacen que poco a poco, la planta deje de producir semillas para reproducirse casi exclusivamente mediante sus raíces y estolones.
En este caso vamos a explicarte como realizar la escarificación con medios mecánicos de forma casera, libre de riesgos y con materiales al alcance de cualquiera de nosotros: vamos a enseñarte a hacerlo con una sencilla lima o una lija de papel.

Manos a la obra:
Necesitaremos una lija de mano o lija de papel y las semillas. Nada más.
La técnica es muy sencilla: consiste en lijar la semilla por algún punto, con cuidado, hasta que veamos la parte interior. Generalmente es blanca o de tonos claros, y se aprecia claramente la pulpa una vez hemos lijado la capa dura.
Técnicamente, ha terminado la explicación. Es simple. Ahora vamos a comentarte algunas observaciones que creemos importante debido a nuestra experiencia:
La misión es que entre el agua en el interior de la semilla y pueda activarse su germinación rápidamente, por lo que recomendamos que una vez hayamos escarificado las semillas, las introduzcamos en agua durante 48/72 horas. De esta manera aumentaremos todavía más la velocidad de germinación permitiendo que el agua entre por completo y comience a crecer mucho antes que si solo recibiese humedad al ser plantada.
Unas semillas de Cannas plantadas con este método, comienzan a germinar a los 5-7 días. A la hora de sacarlas del agua y colocarlas en el sustrato, recomendamos enterrarlas a una profundidad igual al doble de su diámetro. Y como consejo, con la parte escarificada hacia arriba, para facilitar su salida al aire libre.
Para conseguir una futura planta fuerte y de rápido desarrollo, es buena idea plantar dos o tres semillas juntas para que crezcan formando un buen macizo en la maceta, aunque sin descuidar los cuidados de agua y temperatura que necesitan hasta alcanzar una altura y consistencia dignos de una planta establecida. Algunas especies que comparten maceta, se roban los nutrientes unas a otras si no reciben los suficientes.
Si tienes curiosidad por conocer otros métodos de escarificación, hay gente que procesa las semillas con ácido sulfúrico u otros productos químicos, o por ejemplo sumergiendo las semillas en agua hirviendo. Nosotros hemos elegido la técnica mecánica por su ausencia de riesgo, la simpleza y el fácil acceso a materiales.
Recuerda consultarnos para cualquier duda que tengas, y te ayudaremos con esas semillas malditas que parecen imposibles de germinar. ¡Al ataque!